En una decisión sorprendente y en gran medida silenciosa, Meghan Markle ha eliminado sus nombres de pila del certificado de nacimiento de su hijo Archie Sussex. Este cambio, realizado sin anuncio público, ha sido descrito como “misterioso” por los observadores reales.
Archie, que ahora tiene cinco años, nació el 6 de mayo de 2019. Su nacimiento se registró 11 días después, un procedimiento estándar para los nacimientos reales. Sin embargo, un informe reciente del Mirror reveló que se realizó una modificación en su acta de nacimiento el 5 de junio de 2019, un mes después de su nacimiento.
El certificado de nacimiento original indicaba el nombre completo de Meghan, “Rachel Meghan”, como la madre de Archie. El certificado modificado ahora dice “Su Alteza Real la Duquesa de Sussex”. Este cambio se ajusta al protocolo real, que generalmente enfatiza los títulos por sobre los nombres personales.
El momento en que se produjo esta modificación es notable. Se produjo cuando, según se informa, las tensiones entre el príncipe Harry y su hermano, el príncipe William, comenzaban a aumentar. La creciente brecha entre los hermanos ha sido ampliamente documentada y analizada, añadiendo capas de complejidad a cada decisión y acción dentro de la familia real.
Según fuentes cercanas a The Sun, el cambio de nombre se debió a un precedente establecido por el príncipe Guillermo y su esposa, Kate Middleton. En los certificados de nacimiento de los hijos del príncipe y la princesa de Gales, Kate figura como “Su Alteza Real la Princesa de Gales”. La decisión de Meghan de cambiar su nombre en el certificado de nacimiento de Archie se considera una adhesión a este protocolo establecido, a pesar de sus preferencias personales.
El propio certificado de nacimiento del príncipe Harry menciona a la princesa Diana como “Su Alteza Real la Princesa de Gales”. Este uso sistemático de títulos en lugar de nombres de pila subraya la formalidad y la tradición que impregnan la documentación real.
Los comentaristas reales han especulado sobre las razones detrás de la decisión de Meghan. Algunos sugieren que fue un movimiento para alinearse más con los protocolos y expectativas reales, mientras que otros creen que podría haber sido un intento de afirmar su posición y título dentro del marco real durante un período de creciente tensión.
El cambio también refleja la naturaleza intrincada y a menudo escudriñada de la vida real. Cada decisión, sin importar cuán insignificante parezca, puede convertirse en un punto de interés público y especulación. Para Meghan, quien ha estado frecuentemente en el foco de atención de los medios desde que se casó con un miembro de la familia real, esta modificación del certificado de nacimiento de Archie es otro ejemplo de las presiones y expectativas que se le imponen.
A pesar de las especulaciones, Meghan y Harry se han centrado en su familia. Actualmente residen en Estados Unidos, donde han estado criando a Archie y a su hermana menor, Lilibet, en un entorno más privado y autónomo en comparación con su vida anterior en el Reino Unido.
Este último acontecimiento se suma a la historia del continuo viaje de Meghan y Harry para equilibrar sus deberes reales con su deseo de una vida más independiente y privada. Mientras abordan sus roles tanto dentro como fuera de la familia real, decisiones como la modificación del certificado de nacimiento de Archie resaltan las complejidades a las que se enfrentan.
En conclusión, la modificación del certificado de nacimiento de Archie Sussex por parte de Meghan Markle, cambiando su nombre a “Su Alteza Real la Duquesa de Sussex”, refleja la adhesión a los protocolos reales y la dinámica actual dentro de la familia real.
Este cambio aparentemente pequeño pero significativo subraya la intersección de la tradición, el protocolo y las preferencias personales que definen la vida dentro de la monarquía británica. A medida que Meghan y Harry continúan forjando su camino, es probable que estas decisiones sigan atrayendo la atención y el análisis del público, contribuyendo a la evolución de la historia de sus vidas como miembros de la realeza y como individuos privados.